El autocuidado

Cómo implantar con éxito el autocuidado en tu vida.

Sin cuidarnos, de repente, dejamos de funcionar. ¿Pero qué significa autocuidarse? ¿Cómo integrar los autocuidados en el día a día? ¿Es egoísta darse tanta importancia a uno mismo?

El autocuidado implica definir nuevas prioridades.

¿Te suena esto? Hoy tenías pensado tomarte un tiempo para ti, pero de nuevo se te acumularon cantidad de cosas. Primero tuviste que sustituir a una compañera del trabajo; luego, de camino a casa, paraste a ver a tu madre. En casa tuviste que dedicar «un ratito» a preparar la fiesta del cole, los impuestos, pensar un regalo, etc. Y antes de que te dieras cuenta, habías pospuesto tus propias necesidades. Como siempre. Aquí es donde empieza el autocuidado.

Autocuidarse significa no perderse de vista a una misma, establecer tus prioridades de otra forma, dar a las necesidades propias la misma importancia que a las de los demás. Si no incluso más importancia.

 

Por qué quererse a una misma no es egoísmo.

Al practicar el autocuidado, te centras y cargas tus pilas. Solo de esta manera podrás estar ahí, tanto para ti como para otros. Míralo así: el mundo te necesita, así que cuídate. Una persona fuerte y equilibrada podrá dar algo de sí misma cuando sea necesario.

 

El autocuidado es individual.

Primero, un consejo: olvídate de recetas milagrosas. El autocuidado se centra siempre en las necesidades individuales. O sea, en tu caso, en TUS necesidades. ¿Qué es lo que más necesitas: relajación o estimulación? ¿Tiempo para ti sola o el cariño de una persona cercana? ¿Más pausas intermedias o, en general, menos cosas en tu lista?

Cómo implantar con éxito el autocuidado en tu vida.

El autocuidado empieza por mirarse con amor.
Algo que suena tan fácil no siempre lo es. Probablemente eres experta en tachar las cosas de tu lista de tareas para hoy antes de tomarte tiempo para ti misma. Intenta verte de otra manera. Mírate con el mismo amor y comprensión con que lo haría tu mejor amiga. Posiblemente se reiría y menearía la cabeza al ver tu cargada agenda para el día. Seguro que te daría oficialmente permiso para que te dedicaras un momento a ti misma.

Avanzar en pasos pequeños.
Para ocuparte un poco de ti misma no hace falta que pongas tu vida patas arriba. Precisamente son pequeños ajustes los que consiguen cambiar muchas cosas. Podrías empezar, por ejemplo, escribiendo aquello que te hace sentir bien. ¡Y luego asegúrate de poder ponerlo en práctica!

Las rutinas son una gran ayuda.
Las rutinas pueden ayudarte a implantar el hábito, ya que estas pequeñas acciones beneficiosas se integran fácilmente en tu día (consulta nuestras ideas de autocuidado). Pero no planifiques unas rutinas demasiado ambiciosas que te pongan bajo presión o que estén destinadas a fracasar desde el principio y a crearte remordimiento de conciencia.

5 ideas de autocuidado.

¿Cómo integran otras personas sus momentos de autocuidado en su día a día? Aquí encontrarás algunas ideas que puedes probar y adaptar a tus necesidades como más te guste.

1) Una pequeña rutina matinal.
Diez minutos pueden cambiar tu día, simplemente levantándote un poco antes para hacer unos ejercicios de yoga o unas respiraciones profundas junto a una ventana abierta, o para beberte un té con tranquilidad antes de empezar el ritmo frenético del día a día.

2) Anotar los momentos para el autocuidado en tu agenda.
Este es un truco que suele funcionar: planifica pequeñas pausas y días libres con la misma firmeza que una cita en el dentista o una reunión de trabajo… y defiéndelos. Si te piden hacer algo y te entra la tentación de renunciar a tu momento de autocuidado, dilo sin rodeos: ya tengo planes.

3) Ir a pie.
Ir andando al trabajo es posible, incluso aunque haya bastante distancia, si te bajas del metro o el autobús una estación antes o aparcas el coche un poco alejado y haces el resto del camino a pie. ¿Por el camino pasas por alguna zona verde? Puedes aprovechar para descalzarte un momento: sentir la hierba es un regalo para ti y para tus pies que te proporciona un momento especial de conexión contigo misma y con la naturaleza.

4) Como siempre, pero siendo más consciente.
Ya estés cepillándote los dientes, lavándote las manos o comiendo una ensalada: hazlo con atención plena. Qué quiere decir esto: mírate con amor en el espejo del baño, guíñate un ojo. Observa cómo forma espuma en tus manos el jabón, cómo realizan tus dedos el movimiento. Come saboreando cada bocado, sin estar a la vez vaciando el lavavajillas o leyendo las noticias en el móvil.

5) Un aporte extra de cuidados.
Si necesitas un punto más de autocuidado, no hay nada como una mascarilla facial mientras tomas un baño. El aroma, la calidez y sumergirte en un mundo fuera de rutina diaria te devuelven a ti misma. Incluso a la oficina en casa te puedes llevar alguna ayuda para los autocuidados. Un refrescante baño de salvia para los pies cabe bajo cualquier mesa de trabajo. Como atención consciente a ti misma por la noche, puedes aplicar aceite o crema en tus pies para que te relajes antes de ir a la cama.

Descubre la historia

Dr. Hauschka Mascarilla Rejuvenecedora: renueva, refina y revitaliza Mascarilla Rejuvenecedora 30 ml
tratamiento intensivo regenerador, revitaliza todos los cuadros cutáneos
Dr. Hauschka Mascarilla Calmante: mascarilla facial que equilibra la piel sensible Mascarilla Calmante 30 ml
tratamiento intensivo, relaja y fortalece las pieles sensibles
Dr. Hauschka Mascarilla-Crema Nutritiva: mascarilla facial para hidratación intensiva de la piel seca Mascarilla-Crema nutritiva 30 ml
tratamiento hidratante intensivo, protege la piel seca
Dr. Hauschka Mascarilla Reafirmante Mascarilla Reafirmante 30 ml
tratamiento intensivo, hidrata y fortalece las pieles maduras
Dr. Hauschka Crema para Pies secos – cosmética 100 % natural Crema para Pies 75 ml
tratamiento revitalizante y refrescante para pies