Fundación

Independiente, libre, diferente.

Entre el laboratorio botánico y el jardín de plantas medicinales de Eckwälden se encuentra la fundación WALA. Desde 1986, sustenta nuestra marca de cosmética natural al 100 %. ¿Qué distingue a la fundación? Su especial concepción de la responsabilidad.

No servimos a los mercados, sino a las personas.

¿Qué nos diferencia de otros fabricantes? A nosotros nos interesa lo que tu piel necesita, lo que tú necesitas, y no dónde podemos abrir nuevos mercados o cómo maximizar beneficios. ¿Suena radical? Definitivamente, es una forma diferente de pensar y actuar. Y se basa en el concepto de la responsabilidad: Los fondos que generamos se destinan a la fundación WALA y a nuestros empleados. La fundación trabaja en el desarrollo de mejores productos, invierte en la calidad de las materias primas naturales, vela por el cumplimiento de unas condiciones de producción justas y sostenibles y respeta la biodiversidad y la protección medioambiental y, todo ello, tanto en nuestras instalaciones al pie del Jura de Suabia, como en las localizaciones de nuestros socios y socias de todo el mundo. Nuestra responsabilidad nos permite mantenernos independientes y fieles a nuestros valores. Una situación en la que todos ganan.

 

Siempre hemos sido diferentes.

Cuando el Dr. Rudolf Hauschka fundó los laboratorios WALA en 1935, centró toda su atención en el ser humano. Para él, el beneficio solo era un medio para alcanzar un fin. La creación de la fundación WALA en 1986 fue una consecuencia lógica de esta actitud. No solo sirve para asegurar el futuro de la empresa, sino también para preservar la visión del Dr. Rudolf Hauschka. Así pues, los fundadores y fundadoras de la fundación se adelantaron a su tiempo. Hoy, esta es una idea imperativamente actual: la fundación asegura nuestra independencia. No nos debemos a ningún accionista, sino que tenemos la libertad de hacer nuestros negocios de manera diferente. Al refinanciar y distribuir los fondos a nuestros empleados, nos estamos distinguiendo de otras fundaciones. Estos fondos los invertimos, por ejemplo, en investigación y tecnología. Para nosotros, esto es un desarrollo eficaz.

 

Natural y holístico.

Todas nuestras decisiones tienen un impacto en el mundo en el que vivimos, en cada momento y también para futuras generaciones. Como empresa respaldada por una fundación, velamos por ser coherentes: cuando extraemos las esencias para nuestra cosmética natural en nuestro jardín de plantas medicinales, cuando decidimos optar por envases reciclables o cuando apostamos por salarios justos. Significa que pensamos tanto en el individuo como en nuestra convivencia en este planeta. ¿El resultado? Dr. Hauschka sienta bien: a tu piel y a nuestro medioambiente. ¿Lo mejor de todo? Que juntos estamos cambiando el futuro.

 

¿Qué significa eso para los clientes de Dr. Hauschka?

Piel fina o piel gruesa, estresados o relajados: nuestra piel también es un espejo de nuestros sentimientos, de nuestro interior. Así, su cuidado se traduce en una mera cuestión de confianza. Confiar es posible si hablamos de una empresa que no busca beneficios rápidos, sino clientes fieles. Que persigue objetivos que no han sido impuestos por accionistas, sino por la sociedad civil. Una empresa respaldada por una fundación no tiene que correr tras cada tendencia. Sigue su propia concepción de la persona, no la investigación del mercado. Posiblemente, Dr. Hauschka debe a la fundación WALA el hecho de que nuestra Crema de Rosas lleve 50 años en el mercado. Y también el hecho de que para cada envase se empleen más de 30 rosas de Damasco, aunque bastaría con una sola flor para poder venderla perfectamente.