Aceite esencial de rosa de Etiopía.

Al hablar de aceite esencial de rosa, se piensa en Turquía, Bulgaria, Irán o Afganistán… ¿Pero en Etiopía? La meseta etíope, famosa por su café, también es perfecta para el cultivo de la fragante rosa de Damasco, de la que se obtiene un selecto aceite esencial.

En 2005, el etíope Fekade Lakew empezó a cultivar rosas de Damasco en seis hectáreas de terreno con ayuda de la WALA Heilmittel GmbH siguiendo los principios de la agricultura biodinámica. Actualmente cuenta ya con 25 hectáreas de cultivo. En 2012 se realizó la primera destilación de aceite esencial de rosa. Se trata del primer aceite de rosas producido en calidad biológica en África al sur del Sáhara. Para WALA, como fabricante de los medicamentos WALA y de la cosmética Dr. Hauschka, es muy importante establecer nuevas colaboraciones de materias primas, ya que su alta exigencia de calidad supone utilizar en la medida de lo posible únicamente materias primas procedentes de cultivos biodinámicos o biológicos controlados.

La finca de rosas de la empresa Terra PLC se encuentra a 2900 metros de altitud, a unos 125 kilómetros al norte de la capital Addis Abeba, en Debre Birhan. Esta gran altitud es ideal para la rosa de Damasco. Todo empezó en 2002 con el cultivo de hortalizas. Siguió una fase breve de rosas para floristería. Sin embargo, como estas no toleraban las heladas tardías que pueden producirse en la meseta etíope, Fekade Lakew decidió cultivar la rosa de Damasco, más robusta. Pronto estableció contacto con WALA, que por su parte acogió el proyecto con entusiasmo. «Llevábamos bastante tiempo pensando cultivar la rosa cerca del ecuador», declara Ralf Kunert, gerente de naturamus GmbH. Cuanto más cerca del ecuador crece la planta más tiempo dura su periodo de floración. Mientras que en los países tradicionalmente productores de rosas como Bulgaria, Turquía o Irán, las rosas florecen y deben ser recogidas en un periodo de cuatro semanas, en Debre Birhan este dura ocho semanas. «Es una gran ventaja porque para la misma cantidad de rosas cosechada se dispone del doble de tiempo», explica Ralf Kunert. Esto significa que el personal está sometido a menos presión, se necesitan menos recolectores (que a cambio se pueden contratar para más tiempo o incluso de manera permanente), la calidad de las rosas puede controlarse mejor durante la recolección y la destilería se utiliza de forma más uniforme. Y hay algo más por lo que destacan las rosas de la meseta etíope: con cuatro gramos por flor, pesan casi el doble que las rosas de otros países de cultivo. En ellos, una flor pesa de dos a dos gramos y medio.

 

 

WALA asume responsabilidad social.

Para darle un impulso al proyecto WALA donó los esquejes de los que crecieron espléndidos rosales al cabo de nueve años. Para que desde el principio las rosas recibieran el cuidado adecuado y tuvieran unas condiciones de arranque óptimas, WALA proporcionó a Fekade Lakew y sus empleados un asesor de cultivo biodinámico. Este va periódicamente varias veces al año a la finca de rosas para dar formación y asesorar al personal sobre el cultivo correcto de las rosas. Para garantizar el cumplimiento de los elevados estándares que WALA suele establecer para las materias primas que procesa, en 2012 también se llevó a cabo la primera auditoría de certificación según las normas de agricultura biodinámica y «fair for life», un estándar de comercio justo. WALA asumió los costes. En 2012 se construyó también una destilería. WALA y —por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ)— la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) corrieron con los gastos de su edificación, realizada en Etiopía bajo la dirección de un constructor de destilerías búlgaro facilitado por WALA. «Para nosotros es importante la acumulación de conocimientos en el país y entre nuestros socios de proyecto. "Ayuda para la autoayuda" es el lema de WALA», declara Ralf Kunert.

 

El objetivo en cada proyecto de materias primas de WALA es extender el cultivo biológico por todo el mundo. A nivel local se presta apoyo tanto económico como experto a los socios y WALA se compromete contractualmente a comprar las materias primas del proyecto. Esto da seguridad a los socios de proyecto en la planificación y garantiza el pago de los salarios de los empleados. En las relaciones con los proveedores, WALA presta atención en general a unas condiciones de trabajo y salarios adecuados, así como un tratamiento consciente y responsable del medio ambiente.

 

 

 

 

Una hectárea para un kilogramo de aceite esencial de rosa.

Se necesita aproximadamente una hectárea de cultivo de rosas para obtener un kilogramo del preciado aceite, empleado en casi todos los productos cosméticos Dr. Hauschka, por ejemplo, el Aceite Corporal de Rosas, y en muchos medicamentos WALA. WALA se ha comprometido a comprar durante 10 años todo el aceite de rosas que se produzca en la finca. «Después, Fekade Lakew deberá poder ofrecer su aceite de rosas también a otros compradores», dice Ralf Kunert. «No queremos que ningún socio sea dependiente de nosotros, sino que cuente con distintos compradores para poder valerse por sí mismo».

 

Entre tanto, Fekade Lakew ha arrendado otras 14 hectáreas de terreno en Angolela, a unos diez kilómetros de distancia. En la actualidad, el Estado no permite la propiedad privada de la tierra, salvo un pequeño terreno para uso personal. En Angolela ya crecen muchos rosales, que serán aún más cuando los agricultores de la zona sigan el ejemplo de Fekade Lakew. Esto podría ser muy pronto, en vista del interés despertado entre algunos agricultores del pueblo vecino. Si todo sale bien, ellos también cultivarán rosas pronto y producirán aceite esencial de rosa en la destilería de Terra PLC recientemente ampliada. Así crece el cultivo de rosas en Etiopía, donde puede mejorar la situación económica y social de algunas familias, sin prisa, pero sin pausa.

 

 

 

 

Una selección de productos Dr. Hauschka con el preciado aceite esencial de rosa

 

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