El arte de la investigación y producción de cosméticos

Un soplo de modernidad para lo antiguo.

¿Dirías que tu crema facial es una obra de arte? Nosotros pensamos que sí lo es en el caso de la cosmética Dr. Hauschka. ¿Y le atribuirías una personalidad a una planta? Nosotros lo hacemos y nos ocupamos de su biografía cuando desarrollamos y producimos un nuevo cosmético. Preguntamos por las necesidades de tu piel para buscar las plantas medicinales, ceras y aceites que mejor te ayuden a satisfacerlas. Combinamos los ingredientes de forma que estén en armonía entre sí y con tu piel. Solo así se crea un producto con una fórmula artística que funciona correctamente. Y solo así disfrutarás de la sensación que deja el producto.

 

Nuestro objetivo es crear productos con una fórmula artística y eficaz. Por ello, nos esforzamos por optimizar constantemente la forma en que nuestras plantas y otras materias primas se utilizan en la cosmética Dr. Hauschka. Afortunadamente, ya poseemos mucha información: el conocimiento y la experiencia que venimos acumulando desde 1935 con el desarrollo y la producción de los medicamentos WALA. Elisabeth Sigmund completó esta base de conocimiento. En la década de 1930 empezó a estudiar libros de medicina centenarios que se encontraban en las bibliotecas de monasterios. Así descubrió plantas medicinales y minerales beneficiosos para la piel que habían sido olvidados, y desarrolló con ellos las fórmulas de la cosmética Dr. Hauschka. Hoy podemos combinar tales conocimientos antiguos con métodos modernos.

Nos hemos convertido en auténticos especialistas en el examen de las materias primas de origen vegetal, y en la primavera de 2017 nos trasladamos a un nuevo edificio de laboratorios para continuar este trabajo. Allí desarrollamos métodos, realizamos controles de calidad y nos ocupamos de cuestiones muy prácticas sobre investigación que nos plantean algunos compañeros. Por ejemplo, los jardineros quieren saber en qué periodo la alchemilla —que cultivamos para la Mascarilla Calmante— es más rica en ingredientes. Según ese dato determinan el momento de la recolección. El almacén de materias primas nos pregunta cuáles son las mejores condiciones de almacenamiento para los aceites esenciales. El departamento de desarrollo nos encarga un estudio para perfeccionar el extracto de aceite de hipérico, utilizado para la Crema de Rosas y la Crema Limpiadora. Todas estas preguntas dan lugar a tesis y tesinas de máster cuyos resultados se publican en revistas internacionales.

El personal de control de calidad, que también trabaja en el nuevo edificio de laboratorios, examina las materias primas y los productos acabados para garantizar que sean seguros y de calidad impecable. Las autoridades exigen ahora análisis muy exhaustivos a los fabricantes de cosméticos para demostrar la seguridad de sus productos. Aunque nuestras pruebas van más allá de lo exigido. Combinamos los conocimientos que hemos adquirido durante décadas con los hallazgos presentados en la literatura científica más reciente y utilizamos los resultados para realizar análisis adicionales. En última instancia, con este conocimiento ampliado, podemos componer los mejores productos cosméticos posibles para ti.

 

 

Entrevista

con Herwig Judex, miembro de la fundación WALA Stiftung, y al profesor Florian Stintzing, director científico de WALA Heilmittel GmbH sobre investigación, desarrollo y producción de cosmética en WALA 

 

Señor Judex, usted conoce WALA desde 1971. En aquella época, la cosmética Dr. Hauschka llevaba cuatro años en el mercado como segunda marca aparte de los medicamentos WALA. ¿Influyó el conocimiento sobre la producción de medicamentos en las fórmulas de cosmética?

Herwig Judex: Las fórmulas para la cosmética Dr. Hauschka son el resultado de la colaboración entre médicos, esteticistas y farmacéuticos. Naturalmente, la experiencia en la producción de medicamentos tuvo un papel fundamental. Los objetivos centrales eran tres: ayudar, cuidar, curar, que también debían cumplir los productos cosméticos. Por eso, al principio los productos se llamaron Cosmética curativa, denominación que tuvo que cambiarse por cuestiones legales. Pero la unidad ayudar-cuidar-curar sigue siendo el concepto bajo el cual nacen los productos.

Señor Stintzing, usted dirige el departamento científico de WALA. ¿El concepto ayudar-cuidar-curar sigue teniendo hoy para usted la misma importancia en el desarrollo de la cosmética Dr. Hauschka?

Florian Stintzing: Sí, porque como el señor Judex ha explicado, detrás de los productos hay un fin curativo. Además de la pregunta de cómo podemos ayudar al usuario. No nos guiamos ciegamente por las modas, sino que nos fijamos en las necesidades reales de la persona. Alguien que padezca dermatitis atópica necesita apoyo y productos de cuidado específicos. También las mujeres y los hombres con una piel sana demandan un cuidado para la piel tanto de la cara como del cuerpo. Y, por su parte, quienes se maquillan tendrán otras necesidades. Como fabricantes de cosmética natural, queremos desarrollar fórmulas orientadas de manera individual a cada una de estas personas, para que puedan sentirse bien en su propia piel cada día. Por eso no tenemos productos efímeros para el cuidado de la piel. Nuestra cosmética responde a necesidades básicas.

¿Qué ha cambiado durante todos estos años en el desarrollo y la producción de la cosmética Dr. Hauschka?

Judex: Hay grandes diferencias. En las décadas de 1960 y 1970, creamos productos basándonos en nuestros conocimientos adquiridos con la experiencia. En aquella época, lo determinante era la idea. Se hacían mezclas y se probaba si el producto hacía aquello para lo que se había pensado. En tal caso, se empezaba a producir sin mayores exigencias. Cuando queríamos evaluar la calidad de una planta de nuestro jardín de plantas medicinales, nos fijábamos en su crecimiento. Si se utilizaba demasiado fertilizante y una planta —que normalmente solo habría crecido unos 30 centímetros— alcanzaba un metro, no podía utilizarse para la producción. Teníamos la convicción y la certeza interior de que lo que se había pensado y considerado era correcto. Y era correcto. Naturalmente, en la actualidad las cosas ya no funcionan así. Debemos realizar ensayos de estabilidad y de aplicación y proporcionar una información mucho más detallada sobre las sustancias. En Alemania, esto es un requisito legal para los productores de cosmética, lo cual es importante porque hoy en día las personas necesitan tener una seguridad externa y objetiva.

Antiguamente era importante el conocimiento basado en la experiencia. Señor Stintzing, ¿se puede confirmar hoy desde una perspectiva analítica dicho conocimiento?

Stintzing: Sí, y la planta cuyo crecimiento se ha visto modificado es un buen ejemplo. Hace poco intentamos domesticar la achicoria, es decir, cultivarla en nuestro jardín de plantas medicinales. Se encuentra, entre otros productos, en el Spray Cura Intensiva 03 Calmante. Pero lo cierto es que perdió su esencia porque al final se parecía más al diente de león. Aquí en el jardín estaba muy a gusto, pero su apariencia no tenía nada que ver con un tipo de planta que crece más bien en suelos secos y áridos. No es posible obtener un extracto acuoso estable de una planta que haya crecido de tal manera. Esto se nota en el olor y queda demostrado en los análisis. Por ejemplo, en el hecho de que el pH no baje durante la extracción debido a que no empieza el proceso de fermentación láctica. Aparte de todos los avances tecnológicos, que son bienvenidos y positivos, se deben seguir usando los sentidos: la atención a lo evidente, la observación atenta es fundamental. Y al hacerlo, enlazamos con la experiencia que ha acumulado WALA durante más de 80 años.

Pero hoy en día no se pueden comercializar productos cosméticos solo con el conocimiento basado en la experiencia. Es necesario que cumplan ciertos requisitos legales. ¿Qué análisis realizan ustedes?

Stintzing: Se trata de la seguridad del consumidor. Hacemos pruebas respecto a determinadas propiedades de las materias primas para nuestros cosméticos, pero también, por ejemplo, respecto a la presencia de sustancias como pesticidas o metales pesados. Estas pruebas son importantes para demostrar y documentar determinado nivel de calidad y para conocer mejor las materias primas. Por eso incluso hacemos más pruebas de las legalmente exigidas, con métodos de ensayo exactamente definidos. Pero en último término solo se puede hacer bien una prueba si se conoce la biografía de la materia prima. Por ejemplo, dónde ha crecido la planta. Solo así es posible saber qué contaminantes podrían haber entrado en la planta según su ubicación. Y solo así se pueden buscar específicamente estos contaminantes en las pruebas. Si se ignora, cabe la posibilidad de que lo que se examine no sea pertinente.  

 

 

 

 

Lo de «biografía» de una planta suena inusual. ¿Podrían explicarlo más detalladamente?

Stintzing: Pensamos el producto partiendo de sus materias primas. Nos preguntamos de dónde viene la planta. Dónde, en qué condiciones climáticas y en qué tipo de suelo ha crecido, cómo se ha cuidado y cuándo se ha recolectado. La procedencia no es arbitraria, como demuestra el ejemplo de la achicoria. Su futuro, es decir, el destino de la planta, que en este caso es el producto cosmético, se basa en lo que ocurrió en el pasado. Por eso es tan importante para nosotros el concepto de biografía. Todo lo que se encuentra en las materias primas se va formando durante el recorrido biográfico de la planta y termina en la fórmula llegado el momento. Lo que no haga antes, en términos de proceso o de selección cualitativa, no podré añadirlo posteriormente al producto. 

Judex: La biografía de la planta es esencial porque no podemos llegar a ningún lado con meros hechos y cifras.

¿El enfoque del trabajo basado también en los sentidos y la experiencia es algo que hace especial a WALA?

Judex: Sí, por supuesto. 

Stintzing: Sí, pero solo es posible si se conocen las plantas. Se debe saber dónde crecen normalmente, cuál es su entorno natural, cuáles son sus características morfológicas, qué está ocurriendo si su aspecto no coincide con estas… Por eso, nuestro personal del laboratorio botánico y de los departamentos de desarrollo de cosmética y desarrollo analítico ayudan con frecuencia en la recolección en nuestro jardín para aprender de los jardineros información importante sobre las plantas y sus peculiaridades. Así se crea un vínculo directo con las materias primas, que es muy importante porque evita la anonimización tan extendida hoy día.

Si la biografía de la planta es tan importante, ¿no tendrían que recolectar y procesar exclusivamente plantas silvestres? ¿Es posible entonces cultivar las plantas?

Judex: Naturalmente también pueden cultivarse las plantas, por ejemplo, para que la raíz o la hoja crezcan de determinada forma. Pero siempre dentro de ciertos límites, como aprendimos del ejemplo de la achicoria. 

Stintzing: La influencia de la ubicación también puede demostrarse analíticamente. Por ejemplo, hay estudios que han demostrado que las bayas comestibles de Escandinavia son más ricas en ingredientes vegetales secundarios que las de Europa central y meridional. Este conocimiento es primordial también respecto a las plantas medicinales. Además de la temperatura, tienen un gran impacto en la calidad las condiciones de luz y del suelo. Un ejemplo con el que pudimos demostrar directamente diferencias analíticas es el caso de la salvia, que usamos, entre otros productos, en el Desodorante de Salvia y Hierbabuena. Las características del suelo, como el pH, son determinantes para la salvia. Teniendo en cuenta este dato, los jardineros han preparado distintos tipos de suelo en nuestro jardín de plantas medicinales, como una especie de «nuevo hogar» para las plantas, con unas condiciones de vida en las que pueden desarrollar lo que son, su fuerza vital y su naturaleza.

Judex: La calidad es un factor que está determinado por mucho más que la cantidad. Actualmente tenemos que determinar las diferencias cuantitativas para poder decidir luego si utilizar o no una materia prima. Pero como ha dicho el señor Stintzing, la calidad tiene que ver con la biografía completa. Con cómo ha salido la planta, cómo se cuidaron y se plantaron después la semillas.

¿Debemos revisar el conocimiento antiguo ante nuevos hallazgos?

Judex: Podemos matizar el término «revisar», porque en realidad estamos añadiendo nuevos conocimientos a los que ya teníamos. Lo que se haga después con ellos es otro tema. Por ejemplo, ver si es posible unir el proceso artístico con el conocimiento.  

Stintzing: No puedo estar más de acuerdo. Ampliamos nuestra riqueza de conocimiento y a la vez nos basamos en los conocimientos y experiencias antiguos. Nuestros productos tienen algo artístico porque un producto es una composición. Naturalmente, debe estar bien elaborado y sus componentes no deben separarse, por ejemplo, sino que deben estar en armonía entre sí y con la persona. Estoy convencido de que este aspecto artístico atrae a las personas en cierto nivel. No necesitan saber lo que contiene el producto cosmético, pero sí perciben este como armónico o no armónico para ellas. Si, como fabricantes de cosmética natural, desarrollamos auténticos productos que respondan a las necesidades de los clientes, que vayan bien con ellos y que ayuden a su piel, podemos estar satisfechos.